Muchos aspectos inciden activamente en el aprendizaje de los pequeños, pero ¿te has puesto a pensar en el rol que tiene la cama infantil en ese proceso?

¿Por qué una cama Montessori es la mejor opción para tu hijo?

El llamado método Montessori, que promueve la independencia desde temprana edad, ha puesto ese tema en el tapete. Ha demostrado que, desde la cama, el niño puede hallar la libertad necesaria para descubrir por sí solo el mundo exterior, y reforzar ese aprendizaje autónomo que-al parecer-es clave para su desarrollo. Pero no hablamos de una cama convencional. Para potenciar ese y otros beneficios, es preciso elegir una cama Montessori.

¿Qué es una cama infantil Montessori?

Al escoger una cama niños, normalmente nos fijamos en su apariencia, funcionalidad y seguridad. Pero debemos ver más allá. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, una educadora, psicóloga y científica italiana, María Montessori, habló de la importancia de adaptar el entorno al aprendizaje del niño, para lograr el desarrollo integral de sus capacidades. Y, desde entonces, esto no ha parado de sonar.

Las diversas teorías de educación infantil agrupadas en el conocido Método Montessori, han sobrepasado los límites del salón de clases. Se han adaptado a la diversión, la alimentación y el descanso. Pero no en cualquier lecho, sino en una cama Montessori.

Pero ¿Qué es una cama Montessori? te preguntarás. Es una cama de baja altura o a ras del suelo, que facilita a los chicos el acceso a los diferentes elementos dispuestos en su habitación. Contempla un colchón de cuna o uno más grande, que les permite subir y bajar cuando lo deseen, cómodamente y de forma segura. ¿Para qué? Para crear un ambiente motivador, capaz de despertar estímulos positivos que favorezcan su libre desarrollo. Eso sí, siempre bajo la tutela de un adulto.

Ventajas de la cama para niños Montessori

Después del moisés o el colecho, cuando tu bebé empiece a gatear o necesite cambiar de cama, puedes optar por una cama Montessori. Si te agrada la idea de un aprendizaje anticipado, este recurso podría ser de tu agrado.

Ciertamente cada niño es un mundo, emplear un producto que garantice su descanso y potencie su desarrollo, según las diferentes etapas y capacidades, es una idea que vale la pena contemplar. Veamos las ventajas.

Espacio propio.

En primer lugar estar en el epicentro de las decisiones resultará estupendo para tu hijo. Los estantes, los cuentos, los juguetes, la ropa… Todo estará a su nivel. Desde la cama tendrá mejor visión de todo lo que le rodea, y podrá explorarlo sin restricciones. Este factor es esencial, considerando que los encuentros con las personas, los objetos y las situaciones del entorno, promueven la formación individual.

Autonomía.

También con este tipo de camas el pequeño podrá acostarse y levantarse cuando lo desee. Además, ya no sentirá la necesidad de llorar para que le alcances un determinado objeto. Sencillamente se parará y lo cogerá. Y aunque te parezca que es muy chico para ello, es sano que tú hijo empiece a valerse por sí mismo, y a vivir experiencias que lo conviertan en un ser responsable e independiente.

Seguridad y salud postural.

Porque el temor de que se caiga de la cuna desaparecerá. A medida que vaya adaptándose a la cama, irá adquiriendo las destrezas propias para subir y bajar sin riesgo de lastimarse. Como si fuera poco, unbuen colchón ayudará a tu pequeño a reforzar su columna y a mejorar la circulatorio.

Economía.

Debido a que las Montessori tienen un largo período de vida útil, en las que algunas se pueden ir adaptando a las diferentes etapas de crecimiento del niño, por lo que podrás ver rentabilizada tu inversión. Al menos durante cuatro años podrás olvidarte de un cambio de cama.

Tipos de cama Montessori

Al empezar con la transición de la cuna a la cama de “mayores” puede ser más fácil con una cama Montessori. Pero para ello, debes diseñar un lugar tranquilo, limpio y ordenado. El suelo debe ser cálido y permanecer libre de obstáculos, los muebles deben estar al alcanza de la mano, al igual que los juguetes, la ropa, los libros y demás objetos de interés.

Añade una buena iluminación, cubre los enchufes, instala espejos que potencien el auto reconocimiento, y agrega una alfombra al lado del lecho para que tú hijo se sienta confiado. Cuando todo esté listo para que pueda moverse libremente, elige el tipo de cama Montessori que más te agrade.

Las hay completamente bajas, tipo litera, al estilo casita, y hasta en forma de tipi indio, de nube o de coche de carrera. Si puedes, adquiere una de madera natural y con pintura al agua no tóxica.

Usos de la cama Montessori

Por eso que no queda duda que las camas se usan para dormir, pero en una Montessori tu hijo puede hallar algo más que un descanso reparador: autonomía y muchos momentos de diversión. Las estructuras que simulan una casita, por ejemplo, pueden convertirse en lindas carpas si colocas una manta por encima, y aportar una especie de hamaca de lectura si se sujeta esa misma manta de los costados. Solo debes atreverte a innovar. 

«La cama Montessori ayuda en el aprendizaje»

Por último las tiendas encontrarás modelos extensibles que “crecerán” con tu bebé, y con laterales acordes a su nivel de movilidad. Y sí, la idea es que pueda desenvolverse por sí mismo, pero debes asegurarte de crear ese espacio agradable, confortable, inspirador y encantador que él se merece.

Por esta razón la cama Montessori no es una tendencia decorativa por sí misma. Es un método de enseñanza que pone a tu alcance un cúmulo de recursos para potenciar las habilidades físicas e intelectuales de tu peque. Aprovéchalos al máximo.